El mandato evangélico de la Coherencia
Un documento invitado – por Ricardo de Valencia

Una serie sobre el Principio de Coherencia
NOTA: Desde la publicación original en 20 de Mayo de 2025, hemos añadido una
ACLARACIÓN FINAL en 23 de Junio de 2025, hemos revisado algunas expresiones para mayor claridad y
hemos añadido más notas al pie de página.
PROPÓSITO
El propósito de este documento es demostrar la base bíblica, sobre el Nuevo Testamento, del mandato evangélico de la Coherencia — es decir, el mandato de Jesús para que, a la vez que nos esforcemos por practicar un comportamiento coherente, también nos esforcemos por detectar —y, así, no imitar— un comportamiento incoherente que podamos ver en los demás, incluyendo especialmente en los líderes religiosos.
DEFINICIONES
Aplicada al comportamiento humano, coherencia es la solidez y continuidad de nuestros actos y palabras de tal manera que no sea posible encontrar contradicción en ellos.
Incoherencia es sinónimo de contradicción. La contradicción puede ser de palabra o de hecho. Puede ser por decir simultáneamente una cosa y la contraria, pero también por decir una cosa y hacer lo contrario, o por hacer dos cosas distintas que son el reflejo de dos creencias contrarias.
A veces, la incoherencia también puede ser proyectada sin ser real, es decir, imaginada por los demás sin que haya doblez de corazón por nuestra parte (1). Esto no está exento de responsabilidad porque, para un cristiano, la posibilidad de causar escándalo sin desearlo también es un asunto serio que debe ser vigilado (2). Con “escándalo” nos referimos a “comportamiento escandaloso puede llevar al fiel lejos de Dios”.
DETALLES
En cierto pasaje de Mateo, nuestro Señor Jesucristo nos advirtió directamente contra el problema de la incoherencia:
“Ni jures tampoco por tu cabeza, porque eres incapaz de hacer blanco o negro uno solo de tus
cabellos. Diréis (solamente): Sí, sí; No, no. Todo lo que excede a esto, viene del
Maligno.” [Mateo 5:36-37]
Es un mensaje que podemos interpretar así:
Que, por nuestra boca, un “sí” signifique “sí” y un “no” signifique “no” —
siempre.
Los cristianos debemos esforzarnos por mantener tanta coherencia en nuestra palabra y nuestros actos que, de esta manera, no será necesario que juremos por nada ni por nadie, porque habremos cultivado, ante los ojos de los demás, la credibilidad sobre nuestra palabra.
Debemos estar vigilantes porque el exceso de celo por parecer personas justas y creíbles en las formas —siendo este esfuerzo superfluo si de verdad somos coherentes— delata una actitud y un espíritu que no vienen de Dios.
Los cristianos debemos esforzarnos por mantener tanta coherencia en nuestra palabra y nuestros actos que, de esta manera, no será necesario que juremos por nada ni por nadie, porque habremos cultivado, ante los ojos de los demás, la credibilidad sobre nuestra palabra.
Debemos estar vigilantes porque el exceso de celo por parecer personas justas y creíbles en las formas —siendo este esfuerzo superfluo si de verdad somos coherentes— delata una actitud y un espíritu que no vienen de Dios.
Él nos enseñó que debemos usar nuestra inteligencia para identificar la coherencia o falta de ella — tenemos que “distinguir los signos”, y esto no sucede sin un esfuerzo por nuestra parte para entender. Y nos indicó que la iluminación de esa inteligencia dependerá de que no sea bloqueada por falta de honestidad en nuestro corazón:
Acercáronse los fariseos y saduceos y, para ponerlo a prueba le pidieron que les hiciese ver
alguna señal del cielo. Mas Él les respondió y dijo: «Cuando ha llegado la tarde, decís:
“Buen tiempo, porque el cielo está rojo”, y a la mañana: “Hoy habrá tormenta, porque el
cielo tiene un rojo sombrío”. Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de
los tiempos. Una generación mala y adúltera requiere una señal: no le será dada otra que la
del profeta Jonás.» Y dejándolos, se fue.
[Mateo 16:1-4]
Esa aplicación de nuestra inteligencia (3), y no una simple obediencia a lo que nos digan otros que parecen más instruidos, es necesaria para la identificación de la incoherencia. Lo contrario sería decir que todos los judíos contemporáneos de Jesús deberían haber obedecido ciegamente a los jefes del tempo y no deberían haber pensado en la posibilidad de que el mensaje de Jesús fuera verdadero y coherente. El Cristianismo no existiría hoy, no habría nacido nunca.
El Evangelio nos enseña que no podemos contentarnos con una mera obediencia a las autoridades religiosas, porque cabe en ellos la posibilidad de una actitud contradictoria. Unas veces por infidelidad e hipocresía...
“Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. Todo lo que ellos os
mandaren, hacedlo, y guardadlo; pero no hagáis como ellos, porque dicen, y no hacen. Atan cargas
pesadas e insoportables y las ponen sobre las espaldas de las gentes, pero ellos mismos ni con el
dedo quieren moverlas. Hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres.”
[Mateo 23:2-5]
Otras veces por debilidad, que incluso le ocurrió a San Pedro (4) en un asunto de fe y moral cristiana aplicada:
“Mas cuando Cefas vino a Antioquía le resistí cara a cara, por ser digno de reprensión.
Pues él, antes que viniesen ciertos hombres de parte de Santiago, comía con los gentiles; mas
cuando llegaron aquéllos se retraía y se apartaba, por temor a los que eran de la circuncisión.
Y los otros judíos incurrieron con él en la misma hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó
arrastrar por la simulación de ellos. Mas cuando vi que no andaban rectamente, conforme a la
verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives como los
gentiles, y no como los judíos, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?»” [Gal.
2:11-14]
Como esto le ocurrió a San Pedro, también debemos estar alertas para que no ocurra incluso a los que claman ser, o han clamado ser, sucesores de San Pedro (5) — o a cualquier líder cristiano que clame actuar o hablar en Nombre de Dios (6). Esta actitud de vigilancia es la que realmente nos enseñan los Evangelios —y no una obediencia ciega o absoluta hacia las autoridades religiosas.
Para la identificación de la incoherencia, no se requiere una alta inteligencia como la de los sabios de este mundo. Lo que se requiere es un corazón sincero abierto a la acción del Espíritu Santo de Dios. Nuestra conexión con Él, y no una sabiduría propiamente humana, será la que abrirá nuestro entendimiento para advertirnos del peligro, sin importar lo limitada que sea la inteligencia de un individuo según la medida del mundo.
Si fuera de otra manera, la Palabra Encarnada de Dios habría sido enviada, en primer lugar, a los sabios e instruidos, pero no fue así:
Y dio a luz a su hijo primogénito; ... Había en aquel contorno unos pastores acamados al
raso, que pasaban la noche custodiando su rebaño, y he aquí que un ángel del Señor se les
apareció... [Lucas 2:7-9]
En aquella hora se estremeció de gozo, en el Espíritu Santo, y dijo: “Yo te alabo, oh
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mantenido estas cosas escondidas a los sabios y
a los prudentes, y las has revelado a los pequeños. ...”
[Lucas 10:21]
Por ejemplo, Pedro y Juan eran “hombres sin letras e incultos”.
[Hechos 4:13]
Así pues, ¡alegraos los humildes de este mundo! Para vosotros es la iluminación que os permitirá ver la incoherencia en el mundo que atravesamos, mientras las multitudes prefieren una obediencia tan severa que seguirán celosamente a sus líderes religiosos —y, en última instancia, a un falso líder religioso mundial— incluso en la contradicción. (7)
Humildad es una virtud necesaria para reconocer el espíritu de contradicción, pero humildad no es necesariamente obediencia a una autoridad humana. ¡No se deje engañar!
¿Qué es la humildad? ¿Y por qué es necesaria?
Recuerden que humildad no es necesariamente pobreza en lo material o en dones recibidos. La humildad es un espíritu sencillo y sincero sin afán de enaltecerse. Un espíritu humano pobre, la falta de un “ego” que llene nuestro ser, es lo que deja espacio para la entrada del Espíritu Santo de Dios en nosotros, para que Él sea quien llene nuestro ser, y tal es el significado de la bienaventuranza: (8)
“Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque a ellos pertenece el reino de los
cielos.” [Mateo 5:3]
Por el contrario, arrogancia es la actitud de atribuir a la sabiduría humana lo que solo puede lograr el Espíritu Santo, es la actitud convertirse en tan absolutamente dependientes de “autoridades u otras personas más instruidos, más listos o más santos que nosotros” que uno deposita en ellos toda esperanza, sustituyendo a la necesaria esperanza en Dios y así bloquea la venida del Espíritu Santo para que nos abra los ojos individualmente.
El Espíritu Santo de Dios solo llega a los que están dispuestos a recibirlo con humildad, no a los que han obtenido más “puntos” por santidad, dignidad o sabiduría — aunque Él no se manifiesta como sucedería en una película de Hollywood, sino de otra manera más sutil (9).
Recuerde que la Palabra Encarnada de Dios fue presentada, en primer lugar, a unos humildes pastores, que no eran ni “santos”, ni “dignos”, ni “sabios [Lucas 2:7-9] y después a personas como Pedro y Juan, que eran “hombres sin letras e incultos” [Hechos 4:13], habiéndose confesado Pedro literalmente como “un pecador” [Lucas 5:8].
Porque “nadie es santo salvo Dios” (10) y, si no somos santos, no somos dignos y, si no somos dignos, entonces, cuando Él decide iluminar con Su Espíritu a cada uno de los Suyos para alertarno del espíritu de contradicción, eso es por un acto de Misericordia, no de Justicia. Arrogancia sería bloquear ese acto de Misericordia por no creerse digno.
Por lo tanto, no tengan miedo a rechazar el dictado o consejo de un líder religioso, sin importar que sea la más alta autoridad a los ojos del mundo —preguntándose “¿estaré siendo desobediente a un representante de Jesús?”— si en su interior usted siente que “algo no está bien” porque ha reconocido los signos de una contradicción.
UNA ACLARACIÓN FINAL (añadida el 23 de Junio de 2025)
Esto no es una incitación a la desobediencia sistemática. Es una invitación a obedecer a Dios antes que a los hombres. Recuerden:
“Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. Todo lo que
ellos os mandaren, hacedlo, y guardadlo; pero no hagáis como ellos, porque dicen, y no
hacen.” [Mateo
23:2-3]
Los fariseos transmitían con exactitud la letra de la Ley de Dios, pero no su espíritu, porque fallaban al no presentar a los demás un ejemplo apropiado de cómo cumplirla debidamente. Jesús pedía a sus discípulos esto: discernimiento, para no seguir ciegamente a líderes humanos de la religión organizada. Y esto sigue siendo necesario en nuestro tiempo, donde también hay fariseos disfrazados de hombres de piedad. (11)
Recuerden que la obediencia a la Palabra y al ejemplo Jesucristo —ejemplo máximo de cómo debe aplicarse la Ley de Dios— es la vara de medir para saber cuándo “no hacer como ellos, porque dicen, y no hacen”. Fue de esta manera que los apóstoles como Pedro y Juan, que eran “hombres sin letras e incultos” [Hechos 4:13], siguieron a Cristo antes que “hacer como ellos dicen”:
Los llamaron, pues, y les intimaron que de ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre
de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: “Juzgad vosotros si es justo
delante dé Dios obedeceros a vosotros más que a Dios. Porque nosotros no podemos dejar de hablar
lo que hemos visto y oído.”
[Hechos 4:18-20]
A lo cual respondieron Pedro y los apóstoles: “Hay que obedecer a Dios antes que a
los hombres.” [Hechos
5:29]
Esto es un recordatorio de que los mandatos o consejos de los hombres desde altas posiciones religiosas no pueden ser siempre una imagen perfecta de Dios, ¡porque solo Dios es perfecto! (12) (13) Y esperamos que sirva de ánimo y consolación cuando el mundo alcance una situación en la que, como en tiempos la Primera Venida de Jesús, “obedecer” a los Jefes del Templo significaba secundarlos en pedir que fuese soltado Barrabás y que fuese crucificado Jesús (14), y quien no los obedecía iba a ser marcado como un insensato y peligroso renegado.
La gente tiende a olvidar que esa actitud de unos pocos necesitaba un coraje especial, y queremos animar a ese coraje, que también será necesario en el Fin de Estos Tiempos (15). ¿Acaso creen que va a ser fácil ser una excepción a las masas que seguirán a un Falso Mesías, que será apoyado por los líderes religiosos, especialmente cristianos, y que aparecerá como la imagen muy convincente de un hombre de piedad y conectado íntimamente con Dios? (16)
NOTAS
(1) Por ejemplo, ver 1Cor 8:1-13, comentado en
Prevención de Escándalo dentro de una Iglesia
(2) El pasaje de
Marcos 9:42-45 ilustra la gravedad que puede
alcanzar un escándalo de este tipo.
(3) “Aplicación de nuestra inteligencia”: Por
ejemplo: ¿Cómo debe ser la interpretación bíblica:
Literal o Simbólica?
(5) Papas que no
siguieron la guía del Espíritu Santo - Papas abominables en la historia del Papado (en
Inglés)
(7) Por ejemplo, suponga que llega un líder cristiano que
se hace llamar “El Padre” —un título religioso que,
según Jesús, está reservado solo para Dios (Mateo
23:9)— y otro líder cristiano, que se hace llamar “El Santo Padre”, le rinde honores al
primero, preparando su imagen para ser venerada a nivel
mundial. ¿Se sentiría usted alarmado o seguiría a la multitud, que le resta importancia a
esta contradicción?
(8) Damos crédito a miguel de
Portugal, que fue quien nos desveló personalmente esta interpretación, una joya del Cielo
que ahora tenemos la oportunidad de compartir con nuestros lectores.
(9) Juan 3:8
“El viento sopla donde quiere; tú oyes su sonido, pero no
sabes de dónde viene, ni adónde va.” || Cómo reconocer ese viento:
La Voluntad de Dios - Cómo discernirla - Voluntad Activa y Pasiva de
Dios - Las Puertas
(10) Marcos
10:18 — “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno,
sino sólo Dios.” (Otras traducciones de la Biblia dicen “santo”) — Nótese que
Jesús no está negando que Él mismo sea santo, le está preguntando a su interlocutor para
hacerle pensar.
Documentos en esta serie
Parte 1 – Coherencia entre los Mensajes Sobrenaturales y las
Escrituras
Parte 2 – La Coherencia no puede ni debe ser forzada
Parte 3 – El mandato evangélico de la Coherencia
Parte 2 – La Coherencia no puede ni debe ser forzada
Parte 3 – El mandato evangélico de la Coherencia
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Versión imprimible (PDF) (2025-06-25)
In English: Jesus' Advice about Coherence
Publicado en Castellano el 20 de Mayo de 2025 y revisado el 23 de Junio

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