Por
medio de la Encíclica "Fratelli Tutti"...
Francisco
se confirma como
El apóstol de una Nueva
Religión Mundial
para un Nuevo Orden Mundial
Publicado
originalmente el 22
de Junio de 2021
PROPÓSITO
En 2016, alertábamos a los fieles (1) de que Francisco ha
activado
abiertamente la maquinaria para establecer la pretendida Única
Religión
Mundial que hemos estado anunciando desde la primavera de
1993 (2).
El propósito de este nuevo documento es alertar de que Francisco
ha convertido su carta
Encíclica "Fratelli Tutti" (3)
en el manifiesto
de fundación de la esperada Nueva Religión Universal,
renunciando a
la preeminencia y soberanía de Dios, y declarando abiertamente
la alianza de la Iglesia de Roma con los
poderes del mundo - el Nuevo Orden Mundial que hemos estado anunciando
desde la primavera de 1993 (4)
- para lograr en el
plano temporal
los fines de Justicia y de Paz que solo pueden ser logrados por Dios y
con Dios (5).
INTRODUCCIÓN
La cuestión fundamental de la Encíclica "Fratelli Tutti"
es
que Dios y Jesucristo son
mantenidos al margen como elementos no esenciales en el plan de
salvación de la
humanidad defendido por Bergoglio para remediar los problemas del mundo.
Si el lector quiere comprobar ese osado desprecio del papel de Dios y
de la Fe Cristiana, se
tiene que
enfrentar a
leer completamente la larga, tortuosa, aburrida
y muy poco iluminada Encíclica. Pero también, con mucho
menos esfuerzo, puede ojearla rápidamente para comprobar
cuándo y
cómo en la Encíclica son utilizadas las palabras clave
como "Dios", "Jesús" y "Fe" - nunca en el centro
del proyecto de "hermandad universal" (3).
A lo largo de su Encíclica, a
través de una sistemática
omisión de nuestra total
dependencia de Dios y del fundamento
de la
Fe Cristiana, Bergoglio da a entender
que la
"fraternidad universal", sin
necesidad de Dios ni de la Fe, resolverá las injusticias
del mundo.
En esta línea, afirma que:
"La
paz real y duradera
sólo es posible desde una ética
global de solidaridad
y cooperación al servicio de un futuro
plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la
familia humana" [Cap. 3, Párrafo 127]
Y Dios, ¿qué? ¿No es necesario para la "paz real y
duradera"? ¿Es la "ética"
más poderosa que la
religión? ¿La "solidaridad"
es una virtud mayor que la
caridad? ¿Está hablando un hombre de fe o un
político ateo?
En su Encíclica, a Francisco se le ha "olvidado" mencionar que
el permanente contacto
sobrenatural con Dios es lo
único que
puede
mantener el "amor fraternal" en un estado vivo y saludable. Y si se le
ha "olvidado" mencionar esta cuestión clave en un documento
sobre la fraternidad, con
amplísimas oportunidades para hacerlo en una encíclica
tan larga, es porque no cree que sea una cuestión importante o porque no cree que sea verdad.
La "buena
voluntad" de los hombres no es suficiente. El hombre, separado
de Dios, es peor que un animal salvaje, y la historia humana lo
demuestra. Pero Bergoglio
cree, por el contrario, que es posible solucionar las injusticias
del mundo
con tan solo apelar a la "buena
voluntad" y "solidaridad"
de los
hombres, sin necesidad de Dios.
Si él lo creyese de otra manera,
si de verdad él
creyese que recurrir a Dios es imprescindible
para que haya armonía entre los hombres,
no habría escrito
la Encíclica que ha escrito en
la que Dios es una mera
circunstancia al lado del esfuerzo del hombre para
construir,
por medios sociales, políticos y económicos, un mundo de
paz, justicia y unidad.
DETALLES
Francisco afirma que su Encíclica:
"está
dirigida a todas las personas de buena voluntad, más allá
de sus convicciones religiosas" [Cap. 2, Párrafo
56]
Eso, por sí mismo, no es un problema. El problema es que, como
lo que está poniendo sobre la mesa son las
injusticias del mundo y las posibles soluciones y, precisamente, porque
no integra a Dios
en la fórmula, está transmitiendo - por omisión -
el falso mensaje de que
nuestra
relación con Dios no
es necesaria para entender
y solucionar las
injusticias del
mundo.
En particular, en la atribución de responsabilidades por las
injusticias del mundo, enumera una gran cantidad de elementos
políticos, culturales, económicos y sociales, pero no se detiene a hablar de la gran
responsabilidad de la religión organizada (6). Entre las
causas que él cita están:
la desunión
política, los "nacionalismos cerrados", el egoísmo de los
poderes económicos, un errado "modelo de globalización",
los "poderes económicos transnacionales",
algunas ideologías destructivas, la falta de "conciencia
histórica", la "colonización cultural", un modo de
entender la política basado en la confrontación, la
cultura "inmediatista y sin un proyecto común", la
"obsesión por reducir los costes laborales", ciertas "reglas
económicas", "un modelo económico basado en las
ganancias", "determinados intereses, fundamentalmente
económicos", la "tentación de hacer una cultura de
muros", la "falta de una distribución equitativa de los recursos
naturales", la falta de "pasión compartida por una comunidad de
pertenencia y de solidaridad", "el neoliberalismo", "las recetas
dogmáticas de la teoría económica imperante"...
Si la religión organizada - y, en particular, la
Jerarquía
Católica Romana que nominalmente preside Francisco (7) - es de
verdad un puente entre Dios y los hombres, y si Dios es verdaderamente
el Señor y Soberano del Universo y todo lo puede hacer y
deshacer, entonces se deduce automáticamente
que
la religión organizada ha tenido y tiene un papel esencial y de máxima
responsabilidad en el
fracaso del mundo en
relación con la paz y la justicia - un papel y una
responsabilidad muchísimo
más importantes
que el papel y responsabilidad de los poderes del mundo a los que
Francisco acusa.
Por el contrario, si Bergoglio cree que la religión, "el puente
entre Dios los hombres", no tiene
un poder sobrenatural
otorgado por
Dios, sino que es una estructura humana con los mismos limitados
poderes que cualquier otra, entonces encaja muy bien que Francisco no
haga referencia alguna a la responsabilidad de la Jerarquía de
la Iglesia por el estado fracasado del mundo en relación a la
paz y la justicia.
Ciertamente, Bergoglio, el Vaticano y la Jerarquía
Eclesiástica que le apoya en esta empresa, están
demostrando una vez más, al recurrir al mundo y no a Dios para
salvar al mundo
de sí mismo, que no
creen en las palabras de Nuestro Señor y Salvador
Jesucristo:
En
verdad, en verdad, os digo, quien
cree en Mí, hará él también las obras que
Yo hago, y aun mayores, porque Yo voy al Padre y haré
todo lo que pidiereis en mi nombre, para que el Padre sea glorificado
en el Hijo. Si me pedís
cualquier cosa en mi nombre Yo la haré. [Juan
14:12-14]
Esconder la Fe Cristiana debajo de la
alfombra
Seamos realistas: Prácticamente en todos los rincones del mundo
la gente ha oído
hablar de la Fe Cristiana y sabe en qué consiste. El papel
único que los cristianos atribuimos a Jesús en
relación con la sanación de los males del mundo, si es
amablemente recordado
delante de un público no cristiano sin intentar
convencerlos ni presionarlos, no tiene por qué ser una ofensa
para nadie.
Pero entonces, precisamente porque prácticamente todo el mundo
ha tenido contacto con los conceptos de la Fe Cristiana, si un
líder cristiano habla de solucionar los problemas del mundo pero
"olvida" hablar de la importancia que los cristianos damos a nuestra
relación con Dios y al papel especialísimo de
Jesús, está siendo
causa de escándalo para todos: está dando a entender que,
en su corazón y en su
mente, no da verdadera importancia a su Fe (7).
Es decir, la intención de Francisco de hacer llegar su voz a
todos,
creyentes y no creyentes, cristianos y no cristianos, no es un pretexto
válido para no
hablar
de Dios, para no recordar
que Dios nos ha
creado por Puro Amor y que Él
es la única y verdadera
fuente del Amor en cualquiera de sus formas, incluyendo el amor
fraternal. Pero Bergoglio-Francisco ha elegido no hablar de ello.
La intención de no herir la sensibilidad de los no cristianos no
es un pretexto válido para no
recordar que los cristianos creemos que
Jesús - la Palabra de Dios hecha carne - es el único médico
capaz de sanar una humanidad enferma. Pero Francisco ha elegido
no mencionar ese "pequeño detalle".
Si, por ejemplo, San Pablo hubiese sido tan "comedido"
dirigiéndose a los no
creyentes de Atenas [Hechos 17:16-34] como lo es
Bergoglio dirigiéndose "a
todas las personas de buena voluntad",
San Pablo no habría hablado de la Resurrección de
Jesús delante de los atenienses, éstos no se
habrían sentido escandalizados por el asunto [Hechos
17:32] y San Pablo habría tenido oportunidad de
sugerirles algunas reformas políticas y judiciales basadas en la
"fraternidad" y "solidaridad" que
habrían sido mejor escuchadas... ¡pero esa no es la
misión ni los
métodos de un apóstol cristiano!
El discurso de Bergoglio parece el discurso de un político o de
un sindicalista ateo, de alguien
que se avergüenza de su fe y la esconde debajo de la mesa,
no de un líder cristiano, ni siquiera de un simple cristiano.
Inmediatamente, nos vienen a la mente
las instrucciones de Jesús:
“Nadie
enciende una candela y la pone escondida en un sótano, ni bajo
el celemín, sino sobre el candelero, para alumbrar a los que
entran." [Lucas 11:33]
¿Tiene esto algún precedente? ¿Podemos imaginar
que un verdadero evangelizador cristiano deje de hablar de nuestra
dependencia absoluta de Dios
y del papel de
Jesús en nuestra Salvación solo para hacer el Evangelio
más "manejable" a
los no creyentes?
Ante estos hechos, solo hay una explicación: Bergoglio - y, con
él, toda la inmensa corte de Cardenales y Obispos que le apoyan
en su proyecto de "Fraternidad" (8)
- no tiene
mucho aprecio por la Fe
Cristiana y, en cambio, deposita su confianza en lo que pueda hacer el
hombre por sus propios medios, es decir, en los poderes del mundo.
Confiar en los hombres más que
en Dios
¿Acaso Jesús acusó al Impero Romano de los males
del mundo? ¿Propuso Él
remediar las injusticias del mundo por la vía de reformar el
Imperio?
En cambio, Bergoglio afirma que:
"Necesitamos
que un ordenamiento mundial
jurídico, político y económico incremente y
oriente la colaboración internacional hacia el desarrollo
solidario de
todos los pueblos." [Cap. 4, Párrafo 138]
Jesucristo no confió ni exhortó al César a
transformar el mundo (9).
Él confió la tarea a Pedro, los
otros Apóstoles y sus sucesores, pero no a través de los
métodos del César ni tampoco, desde luego, por la
vía de convertirse en aliados del César.
Bergoglio, desde una posición en la que dice ser sucesor de San Pedro (7), se
ve a sí mismo como asesor político e ideólogo del
Imperio de nuestros días - el Nuevo Orden Mundial - con el que
espera establecer una alianza porque está firmemente convencido
de
que solo por los
métodos del César puede ser lograda en este mundo
"la paz estable y duradera":
"Para
hacer posible el desarrollo de una comunidad mundial, capaz de realizar
la fraternidad a partir de pueblos y naciones que vivan la amistad
social, hace falta la mejor
política puesta al servicio del verdadero bien
común." [Cap. 5, Párrafo 154]
Él mismo deja claro que sus consejos no son simplemente de tipo
moral sino, también (y más extensamente), de orden
político. En sus propias palabras:
"Es
necesario fomentar no
únicamente una mística
de la fraternidad sino al mismo tiempo una organización mundial
más eficiente para ayudar a resolver los problemas acuciantes de
los abandonados que sufren y mueren en los países pobres."
[Cap. 5, Párrafo
165]
CONCLUSIÓN
Al leer estas últimas palabras, que son confirmación de
lo que defiende extensamente en la Encíclica, su planteamiento
no podría estar más claro:
Francisco-Bergoglio propone y defiende un Nuevo Orden Mundial
en unión con una
Nueva
Religión Mundial, materializando aquello de lo que miguel
de Portugal, en Nombre de Dios, ha estado advirtiendo al mundo desde la
primavera de 1993 (2)(4).
Esta nueva religión de Bergoglio
es la "mística de la fraternidad" que, tal como acabamos de ver,
está desconectada de Dios y de la Fe y, por lo
tanto, no puede ser caracterizada como Fe Cristiana.
NOTAS
(1) Jorge Bergoglio, aceptado por
millones de personas como Papa Francisco pide oraciones para lograr Una
Única Religión Mundial
(2) La
emboscada de una Única Religión Mundial - Originalmente
publicado en la primavera de 1993
(3) Carta Encíclica "Fratelli
Tutti" de Francisco sobre la Fraternidad y la Amistad Social -
Reproducción comentada del original
(4) El
intento de establecer un Nuevo Orden Mundial - Originalmente publicado
en la primavera de 1993
(5) La
falacia doctrinal de que el poder y las riquezas del mundo
traerán la Justicia y la Paz
(6) ¿Cuál fue el fallo de la
Iglesia Católica Romana? (Parte
2 y Parte 3 en Inglés)
| La alianza entre Iglesia
y Estado:
una falsa esperanza para los fieles
(7) El "Papa" Francisco niega la
Divinidad de Jesús | Francisco,
el historial de un anti-Papa | Un grupo católico
está abierto a que Francisco dimita de su Papado (en
Inglés)
(8) Lobos
con piel de cordero
(9) Jesucristo
no confió ni exhortó al César a transformar el
mundo (en Inglés)
(10) ¿Quién
es miguel de Portugal?
In English: Francis, The
Apostle of a New World Religion for a New World Order
Publicado el 22 de Junio de 2021
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